sábado, 18 de julio de 2015

Infecciones gastrointestinales veraniegas


En esta época del año son muy habituales las infecciones gastrointestinales, causadas principalmente por bacterias, virus o parásitos que se multiplican debido a las altas temperaturas.

Las infecciones intestinales se adquieren  generalmente por vía oral, tanto por ingerir alimentos crudos, poco cocinados o estropeados como por beber agua contaminada.
Las principales fuentes de infección son:
  • Mala manipulación o conservación en restaurantes, tiendas o en casa.
  • Mala preparación o cocinada en condiciones de falta de higiene: no lavarse las manos, no lavar los utensilios o las superficies.
  • Mala conservación de los alimentos una vez cocinados que favorece la aparición de bacterias o deterioro de los mismos.
  • Aguas contaminadas
Los alimentos más propensos a provocar infecciones digestivas son:
  • Zumos y lácteos sin pasteurizar
  • Mayonesas y huevos crudos
  • Alimentos congelados que han sido descongelados y conservados en temperatura ambiente o calor
  • Pescado y marisco crudo
  • Frutas y verduras que no se han lavado correctamente
  • Carne y aves crudas
Las bacterias más frecuentes implicadas en estos procesos son las siguientes:
  • Escherichia Coli (E.Coli)
  • Salmonella
  • Shigella
  • Estafilococo
  • Clostridium
Tratamiento

El tratamiento será farmacológico en algunos casos (prescrito por el médico) dependiendo del tipo de agente causante, siendo por lo general  antibióticos, antidiarreicos y antiheméticos. Además, será necesario aplicar un tratamiento para paliar los síntomas:

Para controlar la diarrea
  • Beber lo suficiente, de forma moderada pero continua, siendo recomendable tomar agua con electrolitos o suero oral
  • Comer en pequeñas cantidades
  • Comer alimentos salados y con alto contenido en potasio como las patatas
  • Para controlar los espasmos de la diarrea, se puede usar una bolsa de agua caliente que relajará la musculatura y calmará el dolor
Seguir una dieta basada en alimentos astringentes.
  • Pasta, arroz blanco (hervido con el caldo)
  • Cereales como trigo, cebada, maíz
  • Hortalizas como las  zanahorias
  • Patatas cocidas
  • Caldo absolutamente desgrasado
  • Té o infusiones
  • Frutas como el membrillo, plátano, manzana, limón
  • Infusión de manzanilla, que relaja y disminuye la inflamación gástrica
NO se deben tomar:
  • Fritos muy grasos, rebozados
  • Verduras que pueden provocar gases como el brócoli.
  • Frutos secos
  • Legumbres
  • Evitar cafeína, alcohol, bebidas carbonatadas
  • Limitar los lácteos y la leche en general (el yogur en alguna ocasión está permitido)

Es necesario además seguir una serie de recomendaciones:
  • Si se están tomando medicamentos, es importante avisar al médico si se están sufriendo intensas diarreas o vómitos, ya que es posible que estos pierdan su efectividad.
  • No auto-medicarse.
  • Si no hay posibilidad de que el agua esté tratada, es importante usar agua embotellada.
  • Lavar bien las manos antes de manipular cualquier alimento y de comer.

Image and video hosting by TinyPic


sábado, 27 de junio de 2015

El riesgo de los tatuajes de Henna

Este es un post que escribí para la web de la farmacia de unos buenos amigos con los que colaboro www.miboticaria.es y que me parece interesante en esta época de pre-vacaciones.
El pasado verano un amigo me comentó, hablando de sus vacaciones en la playa, que habían tenido que ir a urgencias con su hijo de 12 años a causa de un (aparentemente inocente) tatuaje de Henna.
Habían accedido a que el niño se hiciera el tatuaje porque, después de todo  era algo que, en principio, tan sólo duraba unos días. El niño y los padres tan contentos, hasta que empezó a dar problemas. La piel sobre la que se había hecho el  tatuaje empezaba a picar, enrojecerse e inflamarse. Y es que los tatuajes realizados con henna negra son capaces de desencadenar reacciones alérgicas cutáneas graves y sensibilizaciones permanentes.

La henna es un pigmento natural obtenido de la planta Lawsonia inermis que deja la piel teñida de un color marrón rojizo y que se elimina al cabo de dos o tres semanas con el lavado sucesivo. La henna natural se utiliza desde hace siglos de manera habitual en países musulmanes e hindúes con fines cosméticos. Muy rara vez ha ocasionado reacciones adversas. Pero la henna negra permite dibujar la piel con un trazo más parecido al de los tatuajes permanentes, porque, como su nombre indica, es más oscura. De ahí su éxito en las playas, sobre todo entre los niños. Además, dura más días y es más fácil de aplicar.

La henna negra es un producto ilegal. No se comercializa en tiendas de cosmética, herbolarios ni en farmacias u otros establecimientos, porque su uso no está autorizado. El proceso de elaboración no está claro, y se desconoce la composición exacta de cada preparado particular, con lo cual se infringen las normas relativas a cosméticos. Para conseguir estos efectos se añaden a la henna natural varios colorantes. Y ahí radica el problema. Entre ellos, se encuentra la parafenilendiamina o PPD.
En la henna negra la concentración de PPD sube hasta llegar al 15%, lo que puede provocar desde eccemas leves con picor, hinchazón y quemazón hasta vesículas o ampollas.

En el peor de los casos la persona tatuada con un dibujo de henna puede quedar sensibilizada a esta sustancia de por vida y presentar reacciones alérgicas por interacción con medicamentos antimicrobianos (sulfamidas), antihistamínicos, algunos anestésicos locales (como la benzocaína que usan los dentistas), e incluso un ingrediente de los protectores solares, el ácido paraaminobenzoico (PABA).
No se trata de ser alarmista, pero tampoco conviene tomárselo a la ligera. Las reacciones alérgicas pueden suponer un compromiso vital en según qué casos, con lo que es mejor asegurarse de que la henna con la que uno se tatúa es realmente natural. O, simplemente, optar por otras formas de decoración personal veraniega.

Image and video hosting by TinyPic

sábado, 30 de mayo de 2015

¿Qué es la melanina y cómo nos bronceamos?


La melanina es un pigmento que oscurece la piel para protegerla del daño que ocasionan los rayos ultravioletas del sol, que tienen capacidad para destruir el ADN celular .El pelo y el iris de nuestros ojos también la contienen.
La melanina no es exclusiva de los humanos: está en la mayoría de seres vivos. Algunos animales pueden camuflarse cambiando su color y las plantas exhiben sus tonos gracias a ella. Se trata de un pigmento derivado de la tirosina, un aminoácido indispensable para que todo nuestro organismo funcione correctamente. En nuestra piel se fabrica en los melanocitos, unas células de la epidermis, y en la raíz del pelo que cubre nuestro cuerpo. Es la que confiere los tonos marrones y rojizos de la piel y el cabello. Pero la función principal de la melanina es defendernos de los efectos perjudiciales de la radiación ultravioleta.

La luz ultravioleta es la que estimula la producción de melanina, que “neutraliza” los rayos UV porque los absorbe y los emite después a distintas longitudes de onda.

Las células que fabrican melanina, los melanocitos, están en contacto con los queratinocitos, las células más abundantes en la superficie de la epidermis, a través de los cuales les ceden partículas del pigmento almacenadas en unas microscópicas bolsitas llamadas melanosomas. Desde los melanosomas, las partículas de melanina colorean de oscuro la piel.

Cuantos más melanosomas alcanzan a los queranocitos de la superficie, más se oscurece la piel. La parte interna de los antebrazos y las piernas es más clara que la cara o el escote porque en esas zonas hay menos melanocitos fabricando melanina.

Nuestra piel fabrica dos tipos distintos de melanina. Las personas de piel clara y las pelirrojas fabrican más feomelanina (es la que da el color rosado a diferentes partes del organismo, como los labios) y las morenas y de raza negra, más eumelanina. La eumelanina absorbe al máximo las radiaciones ultravioletas y por ello se considera un fotoprotector natural. Es decir, que la pigmentación oscura de la piel permite que ésta esté protegida.
En cambio, la feomelanina actúa como fotosensiblizador, lo que hace que la piel sea más sensible a la luz solar, lo que es necesario para, por ejemplo, sintetizar la vitamina D. Si nos bronceamos al sol, la eumelanina oscurece nuestra piel; si dejamos de tomar el sol, la feomelanina aumenta su proporción y perdemos el color moreno.

La radiación solar actúa de diferente forma sobre nuestra piel, en función de la intensidad de ésta. Así distinguimos entre rayos UVA (Ultra violeta de tipo A) y UVB.

Los UVA, no penetran profundamente en la piel, estos son los que broncean. Los UVB, tienen una mayor capacidad de penetrar en la piel aunque tienen la capacidad de estimular los melanocitos para producir melanina, aunque al ser más profundos son los que pueden provocar las quemaduras.

Este es uno de los motivos en los que las primeras 24 horas son las más peligrosas, ya que las células no han tenido tiempo de producir toda la melanina.

En algunos casos se dan alteraciones en el contenido de melanina en la piel. Este es el caso del albinismo donde una alteración genética produce ausencia de melanina.

Ciertas hormonas también influyen en el funcionamiento de este pigmento. Durante el embarazo o la menopausia no es raro sufrir problemas de pigmentación cutánea, como el vitiligo (pérdida de pigmentación en algunas zonas de la piel), o el melasma (exceso de pigmentación).

Cuando los melanocitos no producen suficiente cantidad de melanina en respuesta a la exposición a los UV, decimos que esta persona es especialmente sensible al sol.


Algunas veces se producen reacciones alérgicas a los rayos solares, provocando reacciones dermatológicas tipo urticaria.

Estas alergias suelen ser reversibles, aunque se ha utilizar un filtro solar de protección total, si se va a estar expuesto al sol.
Image and video hosting by TinyPic










Fuente: El blog de la piel sana


sábado, 16 de mayo de 2015

¿Por qué el picor empeora al rascarnos?


 
Todos usamos la conocida frase de: “no te rasques, que es peor”. Y es cierto, si te rascas pica más, como sabe todo el mundo. Ahora se ha descubierto cuál es la base científica de este fenómeno que la sabiduría popular tiene en cuenta en todas las culturas.
La culpa de que a menudo el picor no desaparezca cuando nos rascamos la tiene la serotonina, probablemente el neurotransmisor más famoso de la época moderna, pues tiene un papel importante en el hambre, el sueño, el humor y la temperatura corporal, entre otras funciones. El equipo de Zhou-Feng Chen, de la Escuela de Medicina de la Universidad Washington en Saint Louis (EUA), ha publicado nuevas conclusiones sobre el picor. Al rascarnos, desactivamos las terminaciones nerviosas que envían la señal de picor a la médula espinal, pero también provocamos una cierta inflamación y dolor en la zona. Eso hace que aumenten los niveles de serotonina para calmar este dolor, lo que a su vez incrementa la sensación de picor.

Rascarse alivia creando un pequeño dolor, pero el cuerpo libera serotonina y crece el picor. En el estudio –publicado en Neuron– se bloqueó la producción de serotonina en un grupo de ratones a los que se les inyectó una sustancia que provoca picor en la piel. Comparando sus reacciones con las de otros ratones no modificados, comprobaron que los roedores que no producían serotonina se rascaban menos. "Rascarse puede aliviar el picor creando un pequeño dolor en la piel. El cuerpo responde al dolor liberando serotonina, que aumenta la sensación de picor", ha comentado el director del Centro Universitario para el Estudio del Picor de Washington y autor del estudio.
Este trabajo, por lo tanto, confirma que picor y dolor son sensaciones distintas, como ya se sabía desde los años 80, pero que están íntimamente ligadas. Y no es fácil romper esa relación de círculo vicioso. De hecho, el director de este estudio admite que alterar los niveles de serotonina para evitar los picores no es una solución factible, pues este neurotransmisor interviene en numerosas funciones del organismo como el crecimiento, el metabolismo óseo y la regulación del humor, que podrían verse afectadas.

Por lo tanto, de momento, se conoce un poco más de esta molesta sensación pero por desgracia, los remedios ante el picor siguen siendo los de toda la vida ( la famosa “talquistina” hidratación y paciencia). Las demás opciones aún están desarrollándose en el laboratorio.
 
Fuentes: Neuron
El blog de la piel sana
Image and video hosting by TinyPic


domingo, 26 de abril de 2015

El helecho que nos protege del sol


El mundo vegetal y los tesoros que encierra es un tema que siempre me ha fascinado. Las plantas contienen repuestas para muchas de nuestros problemas, y en muchos casos estas respuestas aún siguen intactas, sin descubrir, esperando a que alguien las encuentre.
Hoy os hablo de un helecho (una de las familias botánicas más antiguas, pues aparecieron en el paleozoico y aún se mantienen en nuestros días) muy especial.

Se trata de el Polypodium leucotomos, un tipo de helecho originario de América Central, donde se utilizaba tradicionalmente por las poblaciones indígenas para tratar diferentes dolencias.

La historia de las propiedades del Polypodium leucotomos tiene su origen en España gracias a las investigaciones del Dr. Salvador González durante su trabajo doctoral en la Universidad de Málaga mientras estudiaba tratamientos para la psoriasis. De hecho, el Ministerio de Sanidad español lo considera oficialmente tratamiento válido contra la psoriasis. El Dr. González notó que la ingesta del extracto de esta planta producía mucha menos inflamación cutánea durante la fototerapia (terapia de exposición a radiación ultravioleta para mejorar los síntomas de la psoriasis). En los pacientes que consumían esta planta no se dieron casos de fototoxicidad, rojeces ni quemaduras.
Estos resultados llevaron al Dr. González a prolongar su investigación en la Harvard Medical School de Boston, donde confirmó la efectividad del extracto de esta planta frente a las radiaciones solares.

¿Cómo nos protege del sol?
El extracto de este helecho se comercializa con varios nombre comerciales (no voy a hacer publicidad, pero si os interesa, me podéis escribir) y actúa como un filtro biológico que,  a diferencia de los filtros físicos o químicos, no hacen de pantalla impidiendo que el sol llegue a nuestra piel, sino que actúan desde el interior de la célula, contrarrestando sus efectos negativos.

Los niveles de protección que ofrece son los siguientes:

Protección antioxidante: las radiaciones emitidas por el sol favorecen la aparición de radicales libres en nuestro organismo. El extracto de  Polypodium ha demostrado tener una gran capacidad para atrapar y destruir los radicales libres y prevenir los daños en nuestro organismo a, ya que reduce la oxidación tanto en sangre como en la epidermis (la capa más superficial de la piel), con más capacidad antioxidante que algunos principios activos como la Vitamina C o el Betacaroteno.

Protección Inmunológica: el extracto de este helecho ingerido (vía oral), protege nuestras células de Langerhans (células de nuestro sistema inmunitario de la piel -epidermis-), manteniendo intacta su capacidad de reconocer agentes externos peligrosos y mantener su función protectora.
Protección del ADN: protege el ADN de nuestras células para prevenir el cáncer de piel actuando en dos frentes:
  • reduciendo los efectos dañinos causados por la radiación UVA, y la formación de proteínas defectuosas
  • reparando el daño causado por la radiación UVB y acelerando el proceso de reparación del ADN de nuestro organismo.
Protección ante el fotoenvejecimiento: ha demostrado su eficacia preventiva frente al fotoenvejecimiento, ya que reduce la inflamación, y protege al fibroblasto manteniendo sus funciones y su capacidad de síntesis de colágeno y elastina, por lo que la piel mantiene intacta su arquitectura.

Protección frente al sol (acción fotoprotectora): tiene un claro efecto protector frente al eritema (enrojecimiento e inflamación de la piel) causado por la radiación UVB.

En resumen, el consumo de extracto de Polypodium puede ser un eficaz complemento para proteger nuestra piel de los efectos de la radiación solar, aunque debe ir acompañado de un adecuado protector solar de amplio espectro UVA-UVB, si la exposición solar va a ser prolongada.
Fuente: Juventud y Belleza

Image and video hosting by TinyPic

sábado, 18 de abril de 2015

La astaxantina: un importante protector de la piel


En esta época en la que la radiación solar es más intensa y ya nos apetece tomar un poquito el sol, es importante recalcar la necesidad de proteger nuestra piel, tanto desde fuera, como desde dentro.

¿Qué es la astaxantina?
La astaxantina es un pigmento natural de color rosa o rojizo que pertenece a la gran familia de los carotenoides, nutrientes conocidos por ser eficaces antioxidantes capaces de proteger nuestras células de los ataques de ciertos radicales libres. La astaxantina es una molécula fabricada en gran cantidad por algas unicelulares como la Haematococcus pluvialis, que les sirve de protección. Bajo condiciones extremas, estas microalgas ponen en marcha de forma espontánea un mecanismo natural de autodefensa produciendo astaxantina, que actuará como escudo protector.

La astaxantina se integra en la cadena alimentaria a través del zooplancton que se alimenta de estas microalgas, y después, por los mayores consumidores de zooplancton: los peces (en especial los salmones) y los crustáceos, que lo toman en tal cantidad que la astaxantina les confiere el color rosado característico, desempeñando además un papel importante en el fortalecimiento del organismo de estas especies.
Los estudios sobre la astaxantina natural han podido demostrar que esta molécula posee importantes propiedades antioxidantes, en especial para poder bloquear los efectos del los radicales libre responsables de los efectos dañinos de los rayos UVA.

Por ello la astaxantina contribuye a:
Proteger la piel de agresiones externas (rayos ultravioleta, contaminación…), preparación de la piel para la exposición al sol, reducción de arrugas, manchas de la edad y enfermedades cutáneas.

Proteger los ojos: fatiga ocular, ojos sensibles al sol, prevención de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), cataratas…
Prevenir las enfermedades neurodegenerativas asociadas con el estrés oxidativo.

Proteger nuestro sistema cardiovascular: peroxidación lipídica, prevención de la arterioesclerosis…
Luchar contra los dolores inflamatorios: artritis, tendinitis…

Mejorar el rendimiento deportivo y la recuperación después del esfuerzo físico: resistencia al esfuerzo, reducción de la acumulación de ácido láctico, aceleración de la combustión de grasas.
Pero lo más llamativo y lo que siguen reafirmando las investigaciones es el efecto protector de la astaxantina contra los rayos de sol, lo que la convierte en un aliado fundamental para nuestra piel durante esta estación.

Con respecto a la salud de los ojos, existen estudios que han demostrado el papel beneficioso de la astaxantina en la prevención y tratamiento de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), las cataratas y la fatiga ocular. Hay que tener en cuenta que el ojo es el órgano más expuesto al aire y a los rayos ultravioleta. La astaxantina actúa contra los efectos perjudiciales de los radicales libres a los que se enfrentan los ojos.
El consumo de salmón sería, por tanto, una de las fuentes naturales de astaxantina recomendada, aunque debería ser salmón salvaje, que es el que se alimenta de crustáceos de manera natural.

Una buena opción para proteger nuestra piel es incluir en nuestra dieta el salmón, junto con otros alimentos ricos en nutrientes antioxidantes, como las zanahorias, las naranjas, el mango o las bayas rojas. Opcionalmente, puede recurrirse a suplementos nutricionales de manera puntual en esta época del año en la que la exposición al sol es mayor.
 Image and video hosting by TinyPic

sábado, 11 de abril de 2015

Alimentos que protegen la piel (mejor que algunas cremas)

El cuidado de la piel es fundamental, y todos ponemos bastantes recursos el ello, pero el efecto que se consigue nutriendo el organismo adecuadamente puede hacer ser más potente (en algunos casos) que el uso de algunas cremas. De hecho, lo adecuado es complementar alimentación y unos buenos productos para el cuidado de la piel con objeto de obtener los mejores resultados.
 
Algunos alimentos en particular contienen nutrientes específicos que contribuyen a proteger nuestra piel desde el interior (la base de la nutricosmética), lo cual proporciona un efecto añadido a cualquier tratamiento cosmético que aplicamos sobre ella. Estos son los elegidos:
 
Zanahorias y calabaza: Contienen beta-caroteno, la molécula que les da su típico color naranja. El beta-caroteno es precursor de la vitamina A, conocida por su poderoso efecto antioxidante. Además, facilita la curación de la piel y protege frente al efecto dañino del sol. (Eso no quiere decir que no nos pongamos un buen protector solar).
 
Brócoli, coles de Bruselas y crucíferas en general:  Tienen la ventaja de que puede consumirse de diferentes formas y son ricos en antioxidantes, particularmente en vitaminas C y E. La vitamina C estimula la producción de colágeno que ayuda a mantener la piel firme y elástica, mientras que la vitamina E protege las membranas celulares del efecto de los rayos ultravioletas.
 
Frutas tropicales: La piña, la guayaba, la papaya o el mango son frutas ricas en vitamina C. Además, las dos últimas frutas también contienen beta-caroteno. Son ideales para ser bebidas en forma de zumo fresco en verano, aunque pierden menos propiedades si se comen troceadas.
 
Cereales integrales: Contienen otro antioxidante fundamental para la piel: el selenio, un oligoelemento que preserva su elasticidad y le proporciona una barrera protectora frente al efecto de los rayos UV. Además, también mantiene en buena forma el cabello y las uñas. Los cereales integrales pueden consumirse en forma de pan, pasta o arroz integral.
 
Pescado azul : También se denomina 'pescado graso', porque su contenido en grasa puede alcanzar el 10%, mientras que el del pescado blanco se queda en el 2% aproximadamente. A pesar de la mala prensa que les confiere el mercurio que contienen, el atún y el pez espada, así como la sardina o las anchoas, son excelentes fuentes de ácidos omega-3, que no sólo tienen un efecto positivo sobre la salud cardiovascular, sino que son ricos en vitaminas A, D y E, y retienen agua y nutrientes en la piel, con lo que esta puede lucir más lozana. A la hora de cocinar es mejor optar por preparaciones culinarias ligeras, como la plancha o la 'papillote'.
 
Fuente: Natural News
 
Image and video hosting by TinyPic


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...