Cuando dejamos de comer, intentando perder peso, tendemos a
pensar que ese peso perdido se
corresponde con la grasa que nos sobra. Lo que puede suceder en estos casos es
que inicialmente perdemos masa muscular, no grasa, pues el cuerpo quema músculos
antes que grasa cuando comemos menos
Cuando pasamos hambre saltándonos por ejemplo el desayuno,
el cuerpo, que no ha recibido alimentos desde la noche anterior hasta el mediodía , adopta una especie de modo de “supervivencia”. En esta situación, lo
primero que “quema” el organismo es el músculo, no las grasas.Al pasar a modo de supervivencia, el cuerpo disminuye el metabolismo (para gastar menos) y la masa muscular se convierte en algo menos útil, pues los músculos normalmente consumen bastante energía, y el cuerpo estima que “no puede gastar tanto”, es decir, que son “prescindibles”. Al “quemar” las reservas de músculos el cuerpo consigue dos cosas: energía y un organismo con menos masa muscular, es decir con necesidades de energía más bajas.
Si empiezas a comer menos, es posible que notes una bajada de peso, pero al perder músculo, tu cuerpo está debilitado, y gastas menos energía por lo que es fácil que de nuevo vuelvas a cumular grasa cuando vuelvas a comer normalmente.
Para adelgazar de forma sana, el único sistema que funciona es combinar una alimentación equilibrada acompañada de ejercicio físico. De esta forma, tu cuerpo quemará la grasa y te proporcionará una masa muscular sana, que te hará sentir bien.
Ya sabéis, si queréis perder peso, no saltaros comidas.
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